-Demostrar a todos los cuidadores que todas las enfermedades por devastadoras que parezcan pueden regalarte las mejores lecciones sobre la vida.
-Transmitir que aunque los cuidadores no tenemos manual de instrucciones, es nuestra actitud la que nos va a infundir motivación para asumir riesgos, mucho valor para tomar decisiones y una cantidad incalculable de amor para seguir cuidando.
-Enseñar que la vida es demasiado inteligente para no saber lo que hace y si nos pone lo que nos pasa es porque, por alguna extraña razón necesitamos que nos pase.
-Ayudar a encarar con entereza el papel de cuidador/a. Las enfermedades son pozos de sabiduría que esconden aprendizajes muy valiosos pero cuyos beneficios requieren muchas veces esfuerzos sobrehumanos.
-Proporcionar las herramientas necesarias para aceptar lo antes posible las alteraciones que sufrimos, manejar mejor el estrés y desarrollar una mayor agilidad emocional.
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